Historia de un lacayo 02
El corcel –negro como el corazón de su ama-, seguía corriendo al galope por la pradera, arropado bajo el manto nocturno de la oscuridad. El viento movía las crines del animal al ritmo de su trote. Mi dueña lo hostigaba fuerte con las riendas para llegar antes del amanecer a su destino. Intentaba agarrarme como podía al animal para evitar caerme de su lomo pero, al ya no poder más con la dura marcha del caballo, finalmente me agarre con fuerza a la cintura del jinete. Marceline se percato del “abrazo” por la espalda pero, no miro para atrás, seguía pendiente del vasto horizonte y de la carrera contra el sol.
Unas horas después, finalmente llegamos al final del camino. Alcé la vista quedando anonadado con aquel paisaje.
Nos encontrábamos en un pequeño valle escondido bajo la ladera de una montaña. Un profundo y p
Sergell
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CrimsonFace